Estoy leyendo un libro con recopilaciones de artículos y ponencias entre 1961 y 1995 de Pierre Bourdieu. Como quien avisa no traiciona no esperen en este post nada original. Apenas contextualizar algunas citas con hechos del presente.
El libro lleva el título de Intervenciones 1961-1995. Su subtítulo es de Ciencia Social y Acción Política. (Ferreyra Editor-Colección Enejux). El prólogo a la edición argentina del libro habla de los cuestionamientos al “Último Bordieu” sobre el que las “elites intelectuales”, caían, recriminando su “excesivo” activismo político.
El tipo pone en discusión la tan mentada igualdad de oportunidades de acceso a la educación. Una de las banderas de las democracias occidentales en la segunda mitad del siglo XX.
Hay escritos fechados en el 1968 cuando en Francia se daba la primavera del 68. Un movimiento que cuestionó la organización social, las facultades, la participación ciudadana etc.
Primer dato que sorprende… hay escritos del 68 de tremenda actualidad, que abordan viejas deudas sin saldar.
Una afirmación que se repite a menudo en los claustros universitarios en discursos de autoridades educativas ,es la de formar profesionales consustanciados con su medio y que respondan a las necesidades de su sociedad en su tiempo.
Bordieu en este libro, se hace preguntas sobre la estructura autoritaria de la relación pedagógica y su poder de legitimación de las desigualdades. Habla de lo que la estructura educativa denomina como “dones” un eufemismo para denominar a las habilidades que los alumnos verdaderamente adquieren en sus familias.
Cito un párrafo textual: “ Dado que los niños reciben de su medio familiar herencias culturales totalmente desiguales , las desigualdades ante la cultura se perpetuarán tanto como la escuela no diera a los desheredados lo medios reales de adquirir lo que los otros han heredados . El sistema escolar en su forma actual tiende a otorgar un privilegio suplementario a los niños de los medios mas favorecidos, porque los valores implícitos que supone y que vehiculiza, las tradiciones que perpetúa, e, incluso, el contenido y la forma de la cultura que transmite y exige, tienen estilos afines con los valores y las tradiciones de las culturas de las clases favorecidas.”
Esta cita esta datada del año 1966 pertenece a un artículo titulado La Ideología Jacobina. Han corrido 41 años de agua bajo el puente de los sistemas educativos.
Un estudio publicado en el año 2004, por investigadores del Departamento de Economía de la Universidad de la Plata, encontraba relación entre el nivel de educación de los padres y la permanencia en la Universidad. (Gresia, 2004)
Entre el año 2003 al 2013, se crearon 9 nuevas Universidades públicas. Veamos que pasó entre el 2004 y nuestros días. En julio del 2017, Claudia Romero, directora de Educación de la Universidad Torcuato Di Tella, en una entrevista a Clarín afirma que: “Pertenecer al 20% más rico quintuplica las chances de llegar a la universidad y duplica las posibilidades de terminar una carrera. Para los sectores más vulnerables recibirse implica un ascenso social. Pero lograrlo es mucho más difícil”.
Romero en una nota de opinión en Clarín refuerza su análisis: “Los jóvenes argentinos son doblemente vulnerables, por jóvenes y por pobres. Según los datos oficiales, de la población de 15 a 19 años, más de la mitad (54%) se encuentra en situación de “vulnerabilidad”, una categoría apenas por encima de la pobreza, cuyo ingreso es de 1 a 1,5 veces el costo de la canasta básica total. La zona de vulnerabilidad es móvil, puede ampliarse o restringirse dependiendo de la calidad y fortaleza de los dos mecanismos integradores por excelencia, el trabajo y la educación. Se puede salir de la vulnerabilidad hacia arriba, accediendo a la zona de integración, o hacia abajo al desconectarse de las relaciones laborales y educativas. No venimos bien con esto, un millón de jóvenes no estudia ni trabaja, ni terminó la secundaria y permanece en un limbo explosivo”. (Romero, 2017)
En un sistema educativo de “masas” resulta complejo atender las particularidades que implica la diversidad. Pero en algún momento y desde algún lugar debe haber respuestas para disminuir los diferenciales de desigualdad.
Las culpas de lo que se debió hacer para tener mejores alumnos se va trasladando en el recorrido de los niños-adolescentes y jóvenes por nuestro sistema educativo. La secundaria nada puede hacer por lo que la primaria no hizo, y la Universidad tampoco puede ante las omisiones del nivel medio.
Sin embargo un sistema que debería pensar en nuevas estrategias redobla la apuesta que magnifica las desigualdades. Volúmenes desmesurados de contenidos, en programas hipertrofiados para “legitimar” cierto prestigio académico basado en el miedo y la paranoia. Y cierta falsa relación que se pretende directamente proporcional entre el temor de los alumnos y la calidad docente.
Como les comentaba al iniciar este posteo en el blog, el valor de este artículo esta dado por las citas. Solo estoy haciendo las veces de confidente de algunas de mis lecturas. Les confieso que tampoco considero que sea poca cosa. Tal vez alguien aprecie que realice un refrito y se lo dé con citas y todo.
Hablando de citas, quiero citar a la Lic. Eva Giberti (Giberti, Garaventa, & Silvio, 2005). En este libro cita a Giddens: “Si aquellos que parten con desventajas no son objetos de intervenciones compensatorias, ya están virtualmente predefinidos los ganadores y perdedores: la competencia termina reproduciendo las condiciones de desigualdad originales.”
En el campo de la salud, hay perfiles profesionales que se encuentran en una verdadera crisis de producción de graduados. Los casos paradigmáticos, enfermería y algunas especialidades médicas.
Hay intentos esperanzadores de programas de formación universitaria modernos, mas atentos a la realidad que rodea a los hoy alumnos y la realidad que los encontrará mañana profesionales.
Pero esto debe ser acompañado desde la práctica docente con prácticas inclusivas, con mecanismos que permitan a los que aprenden, adquirir las habilidades y herramientas que distintos hechos en su línea de vida les negaron
Esto es posible con prácticas desprovistas de miedo, paranoia y desigualdades.
Tal vez así logremos que cada vez allá menos perdedores. Y seguro ganaremos todos.
Bibliografía
Gresia, A. P. (2004). Rendimiento de estudiantes universitarios y sus determinantes. (UNC, Ed.) Revista de Economía y Estadística, Cuarta Época , 42 (1), 93-113.
Romero, C. (26 de Febrero de 2017). ¿Estudiar o comprarse zapatillas? (Clarín, Ed.) Opinión .
Giberti, E., Garaventa, J., & Silvio, L. (2005). Vulnerabilidad, desvalimiento y maltrato infantil. Buenos Aires, CABA, Argentina: Noveduc.